Esta es una semana cargada de una serie de actividades, en las que todos los guatemaltecos, especialmente aquellos que dicen querer a Guatemala, aprovecharan para comprar una bandera, para salir a traer la antorcha y quizá hasta pintar su casa, todo por “celebrar los 196 años de independencia patria”.
Hay distintas maneras de festejar a Guatemala. Para mí, hacer patria va más allá. Pienso que todos los guatemaltecos estamos obligados, más que a celebrar un acto de independencia, a hacer patria, pero desde la visión de aportar en aspectos concretos a nuestra Guatemala, aspectos que revolucionen la manera de impulsar el desarrollo.
Guatemala, es un país que ha sido constante fragmentado. Su sociedad, desde épocas remotas, lucha por mantener el clasismo. Hoy, seguramente el guatemalteco enarbolará la bandera azul y blanco; Casi todos, en un gesto por lavarse la cara, porque se dicen patriotas, comprarán una azul y blanco, sin importar el tamaño. Claro, recordemos que en el mundo del mercantilismo, las hay para todos; Desde la más costosa, para el que vive en un lujoso lugar de nuestra ciudad, hasta para el campesino humilde, que, allá en un recóndito lugar de nuestra bella Guatemala, también logrará comprar una, a costa de sacrificar los frijolitos para la familia.
Este 14 y 15 de septiembre, centenares de jóvenes correrán por las calles del país, incluso poniendo en riesgo sus vidas. ¿Todo para qué? para ir a traer una antorcha que, por costumbre, representa el fuego patrio. Así nos enseñaron en nuestras escuelas desde niños, así le siguen enseñando a las nuevas generaciones.
“Pequeña patria mía, dulce tormenta,
Un litoral de amor elevan mis pupilas
y la garganta se me llena de silvestre alegría
cuando digo patria, obrero, golondrina.
Es que tengo mil años de amanecer agonizando
y acostarme cadáver sobre tu nombre inmenso,
flotante sobre todos los alientos libertarios,
Guatemala, diciendo patria mía, pequeña campesina.
(Otto René Castillo)
Hacer patria, va más allá de comprar una bandera, de correr por las calles, de vestirnos de azul y blanco y, en el peor de los casos, de permitir, que nuestros hijos sean obligados a lucir un traje típico para el evento escolar. Esto se hace bajo la excusa de resaltar a nuestros pueblos, para mi, un evidente un acto racista, que solo nos divide cada vez más.
Hacer patria, demanda trabajar día a día por engrandecer a nuestro país. Significa, que cada paso que damos, debe ser para demandar trato justo e igualitario. Hacer patria, es cumplir y velar por la correcta aplicación de justicia, en las mismas condiciones para todos. No importa si es el presidente, si es el diputado, si es el empresario pudiente o si es el guatemalteco común; no, no importa, la ley debe ser pronta y justa para todos.
Hacer patria, significa dejar de tranzar entre pasillos del Congreso de la República. Hacer patria, significa que los guatemaltecos honestos estemos vigilantes y cuidando que nuestro país no siga siendo violentado constantemente. Significa evitar que se sigan retorciendo las leyes, cual petate barato, donde cualquiera se puede revolcar y salir airoso, sin importar el ultraje cometido.
Guatemalteco, debemos reflexionar sobre nuestro actuar. Debemos hacer patria de verdad. Como comunidad Sancarlista estamos llamados a reflexionar sobre lo que nuestro país demanda y a trabajar por una sociedad unidad y vigilante para evitar más desmanes por parte de los que están en el poder.
Guatemala, hoy necesita más acciones concretas que incidan en la manera de hacer política, que banderas y gente corriendo como loca por las calles. La protesta es legítima y tenemos derecho a ejercerla.
“Vamos Patria a Caminar, Yo te acompaño”.