A 27 meses del acabose de la carrera política del Alcalde de la ciudad, la justicia entra a su hacienda. Álvaro Arzú, ahora es víctima de sus propios delirios. Puede que se refugié en una sala de hospital, pero la batalla de la coherencia y la cordura, ya la ha perdido.
Álvaro Arzú Irigoyen, ícono de la clase política y del poder económico del país, ha sido desahuciado por la historia reciente. Agoniza políticamente y por primera vez, el sistema no juega a su favor. Ni los abruptos gritos, ni su mirada desafiante, le dan fortaleza. Sus pasos ya no son firmes y su voz ya no se impone.
Primero fue la jueza pesquisidora, Silvia Morales, quien lo sentó en el banquillo de los acusados, con su orgullo pisoteado. Ahora, les tocó al Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad, sacar a luz, los robos, el financiamiento ilícito y el abuso de poder que durante muchos años, ha realizado con el dinero de los ciudadanos guatemaltecos.
El sistema de justicia se fortalece, evidencia seriedad y se impone un desafío importante para el país. La solicitud de antejuicio contra el Alcalde capitalino, es motivo de esperanza para el sistema jurídico guatemalteco. Álvaro Arzú, representa la imposición, discriminación y la humillación que los de su linaje, ejercen sobre otros, creyéndose superiores.
Con la acción decidida del MP y CICIG, se marca un precedente. Se anuncia el fin de una clase política y económica que ha saqueado al Gobierno y la Alcaldía de la Ciudad. Álvaro Arzú, se defenderá con ataques, es lo que sabe hacer. Sin embargo, su primer intento de irrumpir la conferencia de prensa en el MP, fue una salida en falso.
Arzú, quedó atrapado en sus propios errores. Su delirio y arrebato, le dieron la espalda. Aún más, los reporteros de medios de comunicación a quienes jamás atendió y respetó, esta vez, no le dieron la palabra. Álvaro Arzú, ha cortado las ramas en donde está parado. Se le acaba la fiesta y se anuncia el fin de una prolongada y prepotente carrera política.
El matiz de divisionismo y confrontación ideológica entre guatemaltecos, es un invento que han promovido malos dirigentes como Álvaro Arzú, quien ha hecho de la Alcaldía de la ciudad, una piñata de la que se cree dueño. Con regalías y manipulación, ha incitado a la violencia y recolectado seguidores, que de manera ilusa, atienden los llamados de su patrón, que hoy está a punto de perder la silla.
La relevancia de juzgar con el debido proceso a Álvaro Arzú, tiene niveles muy altos. Se trata de un mensaje contundente hacia los políticos y dirigentes del país, acostumbrados a humillar la inteligencia de los guatemaltecos. También se trata de eliminar los mitos de los intocables, aquellos acostumbrados a comprar a los jueces y a la justicia. Asimismo, queda claro que los funcionarios, presidentes y diputados, no son seres superiores, tienen categoría de igualdad ante la ley.
Faltan acciones legales para concretar una investigación amplia que revele más hallazgos. Por lo tanto, es urgente el retiro de la inmunidad al Alcalde. No se debe permitir que se reagrupe, que prepare la transición perversa para continuar protegiendo la impunidad.
Debemos animar a seguir el ejemplo de valentía de la Fiscal Thelma Aldana y del Comisionado Iván Velásquez para seguir en la lucha contra la impunidad y favor de la transparencia. La lucha empieza y corresponde a todos dar batalla por la democracia y la justicia para todos.
Hay que estar atentos. Vendrán ataques a la justicia, vendrán ideas falsas de nacionalismo. Se juntaran los amigos de la impunidad y harán campañas de desinformación. Buscarán la confrontación, sin embargo, la justicia mas temprano que tarde los alcanzará.