Justo termina un año escolar más para muchos niños que pudieron recibir una educación junto con la oportunidad de ir a la escuela, sin embargo en las zonas rurales de la ciudad y en varios de los municipios de los departamentos del país esto es tan solo un sueño, que en lugar de concretarse, cada vez se ve más distante pues los intereses de las autoridades de gobierno parecen ser otras.
Hace algunos días en las redes sociales circuló un vídeo de una escuela en Santa Rosa donde los niños recibían clases en un cuarto de lámina, se notaba que llovía puesto que tenían goteras y el piso estaba cubierto de lodo. Sin embargo esto no hizo que los alumnos faltaran a clases.
¿Cómo podemos esperar un mejor futuro para Guatemala si no se invierte en lo realmente importante como lo son nuestros niños?
Si todos los pequeños guatemaltecos tuvieran las oportunidades de una educación digna, que es la que se merecen, podría apostar que en lugar de pensar en construir más cárceles porque están repletas, se pensaría en dar mejores becas de estudios a profesionales que podrían aportar más al país.
Como citó muy acertadamente una vez el expresidente de Uruguay José Mujica en uno de sus discursos: “Vamos a invertir primero en educación, segundo en educación, tercero en educación. Un pueblo educado tiene las mejores opciones en la vida y es muy difícil que lo engañen los corruptos y mentirosos”.
Anthony Lake, Director Ejecutivo de UNICEF también expresó: “Cientos de millones de niños y niñas viven actualmente en barrios urbanos marginales, y muchos carecen de acceso a los servicios básicos. Debemos trabajar con más ahínco para llegar a todos los niños y niñas necesitados, dondequiera que vivan y que sean víctimas de la exclusión y la marginación. Algunos se preguntarán si estamos en capacidad de hacerlo, especialmente en esta época de austeridad. Pero si logramos superar los obstáculos que no han permitido a estos niños acceder a los servicios que requieren y a los cuales tienen derecho, millones más crecerán saludables, asistirán a la escuela y tendrán vidas más productivas. ¿Acaso podemos darnos el lujo de no hacerlo?”.
Como sociedad debemos exigir una reforma educativa y debemos de velar por el cumplimiento por parte de las autoridades competentes para que el acceso a la educación llegue hasta los lugares más lejanos de nuestro país, de una forma accesible y de calidad para nuestra niñez.