Nací en una colonia recién invadida en la Ciudad de Guatemala en 1992. Durante mi niñez hasta la adolescencia no tuve contacto con información sobre los hechos que el país había afrontado, me refiero a los 10 años de primavera y a los 36 años de Conflicto Armado Interno (CAI).
En la clase de ciencias sociales se repetía y memorizaba nombres de los presidentes, los símbolos patrios y fecha históricas. En la universidad, la clase de vida universitaria y formación social permitió identificar mártires, autonomía y luchas sociales. Hasta aquí todo bien. Sí y no.
Los libros de texto no narran a detalle lo ocurrido en los años de la revolución, contrarevolución, CAI y Acuerdos de Paz; la educación oficial, a mi parecer, presenta un extracto de historia, una historia parcial, “blanca”, ladina y contada desde los hombres. ¿Qué pasa con la realidad de los pueblos indígenas, mujeres y juventud?, ¿Por qué desconocemos nuestra historia?, ¿A quién le conviene que no tengamos información?
Los principales logros de la era de la democracia fueron: creación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGGS), la prohibición del trabajo infantil, autonomía de la Universidad San Carlos de Guatemala (USAC), la creación de institutos experimentales, Ley de Reforma Agraria y se fundó la Alianza Femenina Guatemalteca.
La sociedad puede verse limitada a accionar por la falta de memoria histórica colectiva, si bien ahora se toman las plazas para manifestar y denunciar las problemáticas que atraviesa el país, aun se tiene un desconocimiento y un vacío histórico.
El reto de la juventud es informarse e involucrarse. No ser apático a la realidad del país, no quedarse únicamente en el discurso. La recuperación de espacios políticos y públicos es necesaria; sin embargo, será más fuerte si se tiene un empate al discurso y acción.
Construir memoria histórica colectiva es posible, abrir el dialogo a voces de diversos grupo, conocer la perspectiva y el cómo vivieron estos acontecimientos. Tejer redes de solidaridad y trabajo para continuar con cambios que beneficien a la población en general, sin olvidar a los grupos vulnerables o “minorías”.
Camino Al Revés de Humberto Ak´Abal
De vez en cuando camino al revés: es mi modo de recordar.
Si caminara sólo hacia delante, te podría contar cómo es el olvido.
#ParaNoOlvidar