En los últimos días las Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), ha sido noticia en algunos medios de comunicación que informaron sobre el desorden que impera en el campus central, el cual pareciera no dar más ante el incremento desmedido de ventas ambulantes, circulación y parqueo de motocicletas en banquetas y áreas asignadas para otros fines, entre otros males.
El esfuerzo que hacen las autoridades para tratar de paliar la situación, como lo que ocurre en la salida por el periférico con ordenadores viales y personal destinado a controlar la circulación, tanto de automovilistas, motoristas y transeúntes, al parecer no es suficiente ante el aumento poblacional que se da cada año en la única casa de estudios superiores pública del país.
Los tiempos actuales son oportunos para exigir a los candidatos a rector de la Carolina acciones puntuales para mejorar la situación, estrategias que han sido copiadas de otros países, como el sistema de buses internos, que es una emulación de lo que se hace en la Universidad Autónoma de México (UNAM), pareciera que poco ayudan a mejorar el tránsito. Claro, el campus de la UNAM es diez veces más grande que el de la USAC y eso justifica el servicio de buses interno.
Creo que en vez del servicio de transporte interno, debiese motivarse a la comunidad universitaria a caminar o usar bicicleta, construyendo (como ya lo están haciendo en algunos tramos), ciclo vías. Al fin y al cabo, de las entradas principales hasta el último edificio, a paso moderado, no se hacen más de 25 minutos y como decimos en buen chapín, matamos dos pájaros de un mismo tiro al hacer un poco de ejercicio.
Estoy seguro que eliminando los buses internos (he contado a más de tres estacionados y vacíos en la parada del EFPEM), más los que están en pleno movimiento, se mejora sustancialmente la circulación vehicular, claro, estoy consciente que hay gente que si necesita de dicho transporte, pero son las menos y habría que buscar otras opciones. De la mano con lo anterior, urgen más espacios adecuados para estacionar vehículos, motocicletas y regular las ventas “callejeras”.
Y alternativas parece que hay, tal como se informó recientemente en Prensa Libre sobre la construcción de un nuevo acceso al campus central por la avenida Petapa, al lado del Instituto Experimental Carlos Martínez Durán, cuyos terrenos, según las autoridades, le pertenecen a la USAC, el tramo que se estaría comenzando a construir a inicios del próximo año, es bien visto por la comunidad estudiantil.
Estoy seguro que no será suficiente, por eso a largo plazo no se deben perder de vista otros proyectos, como la posibilidad de construir otros campus tanto en el atlántico como en el sur del área metropolitana, así como la posibilidad de contar con parqueos en áreas estratégicas donde se puedan dejar los vehículos y tomar un bus directo al campus central.
Así las cosas, ojalá las acciones que permitan hacer menos tortuoso el ingreso y egreso, especialmente en horas pico a la USAC continúen, seguramente los miles de estudiantes, colaboradores y personal docente que diariamente acuden a dichas instalaciones, lo agradeceremos. Se ven luces al final del túnel.