El vicepresidente Cabrera, días atrás exteriorizó más que una simple frase, un sentir personal, una forma de ver la realidad y dijo que a todas y todos los guatemaltecos nos tendrían que quitar la visa Estadounidense, según él, estamos inmersos o somos parte de la corrupción que se resiste a morir. Si él habla de su mundo político y de aquellos que lo rodean, puede que tenga razón.
Jafeth Cabrera, con esto confirma lo dicho por el Presidente Morales en una entrevista en Univisión, donde afirmó que la corrupción en Guatemala como en Latinoamérica es algo normal, tan normal que no se debe perseguir a las personas; según las concepción del uno y del dos, es que no se moleste al corrupto, que se le deje robar en paz.
Mientras tanto en el palacio de la Loba, el Virrey Arzú, no se ha salvado, es señalado de formar parte de una estructura de corrupción; esta se apropiaba de dinero público para la campaña política en confabulación con uno de los grandes capos del sistema penitenciario, Byron Lima, no solamente sale a relucir delitos de corrupción sino revive el caso Gerardi. Tal como fue denominado el caso, es una verdadera Caja de Pandora, no solo para el septuagenario alcalde. En escuchas telefónicas el finado, de manera arrogante decía que contaba con decenas de personas para llamar a manifestar cuando él quería o se lo solicitaran, afirmando que a las personas las ha llevado a manifestar a favor de Ríos Montt.
Entonces se entiende por qué los voceros de la impunidad, tras la máscara de libertarios, liberales y buenos capitalistas, defienden la estructura criminal del Arzú-Lima, arremetiendo contra la Fiscal General, Thelma Aldana y el Comisionado de la CICIG, Iván Velásquez.
Ayer miércoles 24 de octubre, fueron allanadas varias viviendas en el occidente del país, capturando a 15 personas, según las pruebas de la Fiscalía, esta estructura con apoyo de la Constructora denominada Kelly, lograron captar más de 25 millones de quetzales entre el 2008 y el 2009, por medio de adjudicaciones en municipios de Totonicapán y Huehuetenango. Esperemos que los voceros de la impunidad no digan que este caso es persecución política y selectiva.
En 1991, por el partido Democracia Cristiana de Guatemala, entraba por primera al Congreso de la República, Arístides Crespo, ayer, 26 años después, la Corte Suprema de Justicia declara con lugar el antejuicio en su contra y ocho personas más que integraron la directiva del Legislativo durante el 2015, presidida por el prófugo de la justicia Luis Rabbé. Estos malos padres de la Patria son señalados por contratos irregulares de personas, cabe destacar que el aún diputado Crespo, durante su carrera política fue un transfuga de carrera, sabía dónde, cómo y cuándo cambiarse de partido político.
Los casos de corrupción de seguro seguirán destapándose, a nosotros nos queda apoyar al Ministerio Público y a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala. Esta lucha no solo es de dos instituciones, es de toda una nación que durante muchos años ha sido saqueada; nos queda apoyar y no desfallecer, confío en usted mi carísimo lector, no podrán confundirlo con falacias y voces populistas, porque esta lucha no es de derecha ni de izquierda, es de todas y todos.