Por: El Sancarlista Universitario
Todo comenzó la madrugada de este jueves cuando a la cabina de los Bomberos Voluntarios ingresó una llamada telefónica que rompió con su rutina. Del otro lado del auricular la voz de una mujer policía, “por favor coordíneme una ambulancia al mirador de la cruz, tenemos una persona que había sido secuestrada con heridas de bala en la cabeza”.
Así lo relató quien en ese momento estaba a cinco horas de abandonar su turno recibiendo llamadas de emergencia.

Se envió la unidad al lugar, subieron aun con signos vitales al herido, sin saber que a quien trasladaban era a uno de los pandilleros más sanguinarios de la Ms, al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social de la zona 6.
Pasaron dos horas y la Policía Nacional Civil dio a conocer, aunque con información escueta, que habían ubicado al temido “Chatía”.
Gracias a fuentes extraoficiales poco a poco fue fluyendo la información, la persona que había sido trasladada desde la zona 18, no había sido secuestrada, se trataba del temido “Anderson”, cuya liberación por un comando armado en el Hospital Roosevelt, el 16 de agosto del 2017, le costó la vida a siete personas, entre guardias del Sistema Penitenciario, pacientes y guardias privados del hospital.
Luego de evadir a la justicia en esa ocasión el departamento de Inteligencia de la Policía había logrado hallar su paradero, pero siempre tuvo la complicidad de vecinos y “banderas” (pandilleros que vigilan) hasta hoy.
Lo que se sabe de momento gracias a información compartida por un policía encubierto que participó en lo que sería su recaptura, es que al verse copado, disparó cuatro veces al aire antes de dispararse en la cabeza.
Preliminarmente se conoce que le acompañaba su conviviente y un niño de 8 años, quien se presume sea su hijo.
Ya el Ministerio Público ha empezado con las investigaciones sobre el suceso, y se encuentran en los diferentes escenarios embalando pruebas.
Tras el levantamiento de evidencias en el lugar el Ministerio Público detalló que localizaron:
en el primer ambiente, del primer nivel de la casa, un revólver.
En el segundo nivel, donde se atrincheró el maleante localizaron:
una pistola con 15 municiones útiles, y una tolva con 2 municiones,
4 teléfonos celulares,
21 tarjetas sim de diferentes empresas,
y 2 bolsitas con mariguana.
En total fueron localizados 19 casquillos en la escena, lo que da cuenta de la cantidad de veces que el suicida disparó contra los agentes que rodearon la casa.