Por: Cristhian Ramírez
María del Rosario López de Pérez se considera gerente general de su hogar, esto respondió entre risas al preguntarle su ocupación, actualmente tiene 56 años, educó a cuatro hijos biológicos y dos bebés adoptivos hace 12 años.
El hijo menor de Rosario tenía 14 años cuando decidió ser madre adoptiva. Buscó la sensación de la maternidad cuidando temporalmente a un bebé de una semana de nacido, junto a su esposo Edwin Pérez.
Josuecito, como decidió llamarlo Rosario en la confidencialidad, procedía de una madre primeriza. La progenitora tenía 24 años cuando se puso en contacto con el abogado, quién en ese entonces recibía a niños recién nacidos y los entregaba a parejas interesadas en adoptar.
Ricardito, fue el segundo bebé que cuidó López junto a su esposo, tenía 24 horas de nacido cuando llegó a casa de los Pérez. Sobre la madre adoptiva López comentó verla dos veces, una cuando se firmó la parte legal sobre el consentimiento de adopción y la segunda en el trámite de examen de ADN.

Foto: CNA
Cuna, biberón, pañales, visitas al pediatra y un sueldo de mil quetzales para López, era lo que ofrecía el abogado notarial por cada niño, se tenía registro que entre su red de madres cuidadoras había alrededor de 15 mujeres.
Los abogados notariales antes del año 2008, tenían en su poder las extensiones notariales, declaraban al niño como abandonado, luego era entregado a una madre cuidadora, después se entregaban a parejas que deseaban adoptar, explicó Rudy Zepeda, comunicador social del Consejo Nacional de Adopciones (CNA).
El Departamento de Estado en el país estadounidense reportó el ingreso de cinco mil niños antes de que el decreto de adopciones en Guatemala se implementara en el año 2008. De los 40 mil infantes de los que se tuvieron registro en el Juzgado de la niñez, el 98% tuvo destino en Estados Unidos, países como Israel y España son algunos que reportaron ingresos según el CNA.
“El problema radicaba en las madres biológicas, las crisis emocionales por las diferentes situaciones, las violaciones, las malas decisiones podrían ser las consecuencias del arrepentimiento en poseer a un bebé”, comentó Zepeda.
Actualmente el CNA atiende este tipo de situaciones, las madres en conflicto sobre su pensamiento psicológico o de su pareja reciben atención en esta institución. “Se les explica que tipo de derecho tienen y cuales pierden si deciden dejar a su hijo en adopción”, explicó Zepeda.
Durante este proceso, el 60% de las madres que conocen los procedimientos se arrepienten y no siguen con los papeleos. “La mayoría de parejas piensan que recibirán dinero luego de entregar a su bebé o que seguirán contacto con él. En ninguna de las dos situaciones pasa”, dijo Zepeda.
En algunos padres nace el amor y en otros muere
Ricardito fue adoptado por una pareja de lesbianas estadounidenses. Geil, una de las madres, es trabajadora social y Luisa, su pareja, se dedica a la pediatría. Ambas cuidan a su hijo guatemalteco como si fuera propio.
Las madres de Ricardito visitan a López cada dos años. En julio de este año recibieron la visita sorpresa de Ricardito, ahora un niño que reconoce a su madre cuidadora y sus madres adoptivas. López comentó sentirse feliz después de tantos años, aunque no fue nada fácil despedirse de su bebé adoptivo cuando tenia tan solo 12 meses de edad.
El CNA tiene a 250 niños esperando por una familia, retrocediendo hasta el 2008, se han realizado 1200 adopciones hasta la fecha y 1 mil100 madres fueron atendidas por diversos problemas.
En el país existen 114 casas hogares, Zepeda ve la gran necesidad de abrigar a los niños abandonados por parte de la Procuraduría General de la Nación (PGN), ya que, actualmente existen 4 mil 509 niños institucionalizados esperando un hogar.
Lilian Gillete encargada del apadrinamiento en la Casa Hogar Niños de Fátima, observa la cultura de adopción que hay en Guatemala, este albergue de niños tiene la capacidad de refugiar a 42 niños y actualmente poseen 38.
“El tiempo pasa, no existe una familia que los reciba”, expresó Gillete.