Por Wangner Díaz Choscó / Centro de Estudios de Comunicología
Publicado: Guatemala, 4 de septiembre del 2019. Hora: 6:00
Los muros o murallas físicas no han detenido a los migrantes, quienes, como zompopos de mayo aparecidos todos los meses del año, viajan con su infortunio a cuestas y se quedan apiñados en El Paso, Texas y otras líneas fronterizas. Es la fenomenología del infortunio expresada vívidamente en la miseria de los migrantes y de aquellos que se les pegan. La Semiología del infortunio es un enfoque que estudia la fenomenología de la tragedia de los pobres expresada a través de códigos de significados. Parafraseando a Frantz Fanon, diríase que es la Semiología de los “condenados de la Tierra”.
En el análisis estructural, el comienzo del infortunio es la situación de violencia y pobreza en la que viven los migrantes en sus países de origen. El origen, entonces, es la pobreza; y el final -si se permanece en estos países- sería igualmente más pobreza y violencia. Para cambiar ese estado, una solución es migrar al Norte; es decir, la situación final deseada es llegar a los Estados Unidos; el objeto del deseo de los migrantes es el denominado “sueño americano”, aquella quimera que se demuestra con las billonarias remesas que los paisanos envían mes a mes.
Pero, en este proyecto de vida, se oponen dos obstáculos; Uno físico, el muro, y el otro político: Mr. Trump. El muro es el símbolo de las condiciones adversas y peligrosas a las que deben enfrentarse los migrantes, entre las que se encuentran hacinamiento, hambre, cansancio, robos y cualquier tragedia que uno pueda imaginarse.
Para lograr el éxito anhelado, se necesitan dos ayudas; una, la capacidad financiera para lo cual muchos prestan el dinero; y la otra ayuda es un “coyote”, un guía para el camino. No cabe duda que la suerte también hace su parte; y la mala suerte, también.
Unos llegan, otros no. Unos son regresados al poco tiempo. Para la mayoría, el infortunio toma otro comienzo al ser encarcelados o al permanecer en albergues o lugares públicos; para otros, el infortunio puede tomar otros símbolos de los cuales la Semiología habrá de dar cuenta en la que este calvario se convierte en una semiosfera del infortunio: la frontera, el albergue, la explotación laborar o sexual, etc. De un infortunio se brinca a otro, y la estructura semiológica se replica, sólo que en otros contextos y tiempos.
Mr. Trump y sus tuitazos, el muro, los coyotes, el desierto, el tren, la pobreza, la violencia, las extorsiones, la sequía: todo esto son realidades y símbolos de la Semiología del Infortunio. Que Dios nos encuentre confesados.